Feliz cumpleaños, Mónica (2)

Patrick no se podía creer que ya hubiera pasado un año desde el cumpleaños de Mónica y pensó que ya que el año anterior apenas tuvo un detalle con ella, estaría bien escribirle, para variar. Se sentó en su escritorio, cogió su mejor papel y su pluma de escribir y se puso manos a la obra. Casi al mismo tiempo, aunque ninguno de los dos lo supiera, Víctor empezaba una carta más a Alyx, aunque aún no sabía si sería capaz de escribir un destinatario que en otras ocasiones había quedado en blanco.

«Querida Mónica:

Hace años que nos conocemos, y hemos tenido nuestros más y nuestros menos. En parte provocados por ti, en parte por mí y, en parte, por las circunstancias. Pero esta carta no es sólo para comentarte esto.

Cuando te conocí, para qué negarlo, no te di más importancia que la que le podría dar a cualquier otra persona -quizás esto sí que fue culpa de las circunstancias- pero con el paso de los meses y unos cuantos proyectos personales en los que nos embarcamos caí en la cuenta de todo lo importante que ibas a llegar a ser en mi vida -tanto para bien como para mal- a pesar de no saber todavía en qué sentidos o en cuánta cantidad.

El tiempo iba pasando y seguíamos hablando, tomándonos algún que otro café ahí en el Jazz Club o sencillamente paseando. También, para qué negarlo, hemos tenido nuestras peleas y separaciones. Momentos en los que necesitabas soledad absoluta y en los que has desaparecido. En esos momentos te he echado de menos más de lo que cualquiera es capaz de imaginar. Y cuando has vuelto siempre te he recibido con los brazos abiertos, esperando que todo fuera como antes. Y en parte lo ha ido siendo.

He conseguido -creo- encontrar el equilibrio para intentar que no te vayas más, esa mezcla de espontaneidad y ganas de hablar contigo, quizás ya no tomamos café a diario como pasaba antes, pero en estos meses parece que todo va a mejor, hablamos de vez en cuando, nos reímos y recordamos momentos, vamos a tomar cafés, batidos de fresa y chocolate, o quizás a bailar bajo la lluvia cuando este verano lo permite.

Esta carta, además, es para recordarte que, aunque ya lo sepas, me tienes aquí. Me tienes para lo que necesites, salvarte de los monstruos que hay debajo de tu cama o para enfadarme por tonterías por las que quieres que me enfade.

Hoy cumples años, y es por eso que me voy a tomar una licencia a esas palabras que no te gustan. Puede que me odies, puede que te enfades, pero hoy no puedes decirme que no te lo diga.

Te quiero, Mónica. Feliz cumpleaños.

Un abrazo, de esos que sirven para contagiar sentimientos,

Patrick.»

En ese momento Víctor comenzaba a escribir su carta.