Estaba a punto de irme a la cama cuando conecté mi Twitter una última vez y vi en los TT que la gente ponía: «RIP Steve Jobs«. En un principio tengo que afirmar que no lo creí. Pero al abrir la página oficial de Apple no tuve más remedio. Un cáncer se llevaba a un genio. Un cáncer destruía 56 años de vida. Un cáncer acababa con un maestro.
Este mediodía, he estado leyendo un artículo de Applesfera y he de reconocer que me ha inspirado. Así que voy a escribir un poco sobre mí, un poco sobre Steve.
No se pueden conectar los puntos hacia adelante; sólo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la confianza de seguir tu corazón. Esta forma de actuar nunca me ha traicionado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
Mirando hacia atrás puedo ver muchas decisiones que he tomado. Algunas entonces parecían buenas, otras malas…y otras sencillamente me han dado la impresión de que las he tomado porque sí. Decisiones que en su día tuve que tomar y que hoy mismo no me arrepiento de ellas, pues no estaría donde estoy.
Si no me hubiera cambiado de instituto entre primero y segundo de cocina, no habría conocido a Paco Morales, y no habría pasado un verano entero entre los fogones de su cocina, además de todo lo que allí aprendí y viví. Si no hubiera conocido a una persona, no habría tenido deseos de viajar a una ciudad en la que comenzó una etapa feliz de mi vida que me marcó. Y así podría seguir poniendo mil ejemplos que, unos con otros, se entrelazan, historias unidas que provocan cambios en el mundo.
Cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “¿Si hoy fuese el último día de mi vida, querría hacer lo que estoy por hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” durante demasiados días seguidos, he sabido que necesitaba cambiar algo.
He de reconocer que no soy de los que se preguntan algo al espejo todos los días. Pero sí que estoy seguro de cuándo algo no funciona en mi vida. Y es entonces cuando sé que necesito el cambio. Puede ser una persona, puede ser un lugar o una situación. Pero casi instantáneamente puedo detectar el momento exacto en el que dejé de sentirme maravillado ante cierta acción, persona o cosa. Y es en ese momento cuando hay que cambiarlo.
Puedo saber exactamente en qué momento dejé de confiar en cierta persona, y poder hablar con ella para ver qué ha pasado o qué se puede hacer para solucionarlo. Puedo comprobar en qué instante una canción deja de inspirarme, deja de tener ese ‘nosequé’ que me ayuda a llenarme de energía. Y buscar nuevas canciones.
Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro. No te dejes atrapar por el dogma que implica vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior. Y lo que es más importante, ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición. De algún modo él ya sabe lo que realmente quieres llegar a ser. Todo lo demás es secundario..
En parte (una grande) no soy conformista. No me gusta algo porque sí. Y mis ideas tienen razón de ser. Además de que cuando sé lo que quiero voy a por ello hasta que lo consigo. No importa si es una acción, un problema o cualquier otra cosa. Sé lo que quiero. Y muchas veces sé cómo conseguirlo.
Además, como he dicho más arriba, me fío mucho de mi corazón y de mi intuición. Si siento que una persona va a ser importante en mi vida, voy hasta el final del mundo por ella. Si siento que alguien me va a hacer daño (nada más conocerlo, ojo) intento no apegarme mucho. Todos tenemos errores, pero el verdadero éxito consiste en saber curarse de ellos.
Y con esto mis iReflexiones. Steve, gracias por haberle traído al mundo un nuevo Renacimiento. Y no sólo tecnológico. Sino intelectual, ideal, artístico, global.
Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Amen.